La pesca es un sector que emplea a 300 mil pescadores e indirectamente genera 2 millones de empleos indirectos, aproximadamente. La actividad pesquera contribuye no solo en lo económico sino también en la provisión de proteína de calidad necesaria para la nutrición de las familias mexicanas.

En los últimos días ha habido manifestaciones de descontento por la falta de apoyos gubernamentales a la actividad pesquera producto de las medidas de austeridad y de un cambio palpable en la política pesquera.

De entrada, el presupuesto ejercido de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), entidad federal encargada de supervisar la administración de los recursos pesqueros del país, ha venido disminuyendo. Pasó de 2,846 millones de pesos en el 2018 a 1,964 millones en 2019 y 1,945 millones en 2020. Una reducción de cerca del 70% del presupuesto desde el inicio del sexenio.

El principal instrumento de política pesquera de CONAPESCA son los subsidios a los que se destina alrededor del 70% del presupuesto. Se ha conservado la proporción respecto de años anteriores, sin embargo, hay cambios sustanciales en su distribución. Al primer recorte de 2 tipos de subsidios observado en el 2019 se sumó la eliminación de 9 subsidios más en 2020 entre los que se incluían los dados para combustibles. Hoy sólo subsiste el programa Bienpesca, que consiste en transferencias directas a pescadores por un monto de $7,200 pesos al año. El no contar con apoyo para combustibles es un duro golpe para pescadores y empresas que dependían de este para hacer redituable sus operaciones. En términos de pesquerías ya a su capacidad límite o sobre explotadas, cada vez es más difícil encontrar el recurso y esto trae mayores costos. El apoyo a combustibles ayudaba a hacer frente a estos costos. Sin embargo, se ha identificado que es también un factor que puede incentivar aún más una sobre explotación del recurso [1], y en el pasado existió una alta concentración de estos apoyos en pocos beneficiarios [2].

Un segundo cambio fue atender prioritariamente a los pescadores y acuicultores ubicados en las zonas rurales o en los municipios comprendidos en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, o bien quienes pertenecen a etnias o pueblos indígenas. Ello como parte de una política general que plantea el uso de subsidios para fomentar el desarrollo productivo de las comunidades pesqueras vulnerables.

Un tercer cambio es el perfil de los beneficiarios. Según cifras de nuestra plataforma Pescando Datos [3], los beneficiarios pasaron de 34,700 beneficiarios promedio por año a más de 51 mil beneficiarios en 2019, entre los que se encuentran personas físicas, morales e instituciones. Esto implica que hubo menos concentración en los 10 tipos de apoyos que se dieron ese año. Se anticipa que en el 2020 este cambio se acentuará ya que CONAPESCA anunció que espera
beneficiar con Bienpesca a un total de 193,000 pescadores.

En cuanto a atender a comunidades vulnerables, Pescando Datos apunta a que efectivamente se está avanzando en un cambio de política. Encontramos que en el 2019 se incrementaron los apoyos a pescadores de embarcaciones ribereñas, mismos que pasaron de representar un poco mas del 29% del presupuesto total en 2018 al 41% del total en 2019. También la participación de las mujeres aumento al pasar del 1.3% del total de beneficiarios en 2018 al 19.4% en el 2019, alrededor de 6,700 más mujeres beneficiadas.

El cambio se registra también por región, en el Pacífico Sur (Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas) pasó de tener el 8.8% del total de presupuesto de apoyos a un 15.1% en el 2019 y en la dispersión de los beneficiarios quienes se ubicaron en más localidades, 23% más que en 2018. y en localidades con altos niveles de marginación, lo que tradujo en un aumento del 0.8% al 1.5%.

La transparencia en el padrón de beneficiarios y en los criterios de selección de Bienpesca aún son tarea pendiente. A la luz de los resultados de estos primeros dos años es necesario revisar estos criterios para asegurar que efectivamente se atiende a pescadores pertenecientes a grupos vulnerables. Esto es necesario especialmente porque ha habido reclamos por inclusión de personas que no son pescadores. Un tercer punto, es revisar la reingeniería actual de subsidios para identificar de qué otra forma se apoya al sector pesquero, tanto para hacer frente a la grave crisis económica como a los requerimientos de mejorar su actividad y mantener las pesquerías en los siguientes años.


Citas:

[1] WWF-Fondo Mundial para la Natura Naturaleza (2013). Reforma en los subsidies a la pesca: Memorias de los diálogos sobre el gasto público pesquero en México. Briefing Paper, Noviembre.

[2] Pescando Datos, Subsidios Pesqueros. Disponible en https://pescandodatos.org/nota-tecnica2

[3] Pescando Datos, Subsidios Pesqueros. Disponible en https://pescandodatos.org/subsidios-pesqueros#


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